Abrumada por la fe ciega y el fervor de la joven novicia Hadewijch, la madre superiora la manda fuera del convento. Hadewijch vuelve entonces a ser Céline, una joven de veinte años, hija de un diplomático. Su apasionado amor a Dios, su rabia interior y su encuentro con Yassine y Nassir la conducen por caminos peligrosos. "La cámara de Dumont enseña, propone, sugiere y, por momentos, despista. También, todo sea dicho, incomoda. Incluso molesta. Eso sí, siempre deja pensar. Y se agradece." Luis Martínez: Diario El Mundo "Aunque su narración es sencilla y ascética, elíptica, Bruno Dumont combina ambos registros con intenso lirismo y delicada complejidad." Miguel Frías: Diario Clarín
Abrumada por la fe ciega y el fervor de la joven novicia Hadewijch, la madre superiora la manda fuera del convento. Hadewijch vuelve entonces a ser Céline, una joven de veinte años, hija de un diplomático. Su apasionado amor a Dios, su rabia interior y su encuentro con Yassine y Nassir la conducen por caminos peligrosos.
ResponderEliminar"La cámara de Dumont enseña, propone, sugiere y, por momentos, despista. También, todo sea dicho, incomoda. Incluso molesta. Eso sí, siempre deja pensar. Y se agradece."
Luis Martínez: Diario El Mundo
"Aunque su narración es sencilla y ascética, elíptica, Bruno Dumont combina ambos registros con intenso lirismo y delicada complejidad."
Miguel Frías: Diario Clarín