The Frame es el segundo film de Jamin Winans después de la estupenda Ink, sencilla película que nunca me cansaré de recomendar, donde deja claro su gusto por los mundos imaginarios y las realidades compartidas que se complementan, además de su clara tendencia por lo visual y lo artesanal, ahora con un presupuesto algo más holgado que en su anterior film, lo cual se nota mucho en la puesta en escena. Winans nos sumerge en la cotidiana vida de dos personas, un ladrón de poca monta y una auxiliar de ambulancia. Ambos viven su vida de manera normal pero son sin saberlo protagonistas de su propia serie televisiva. Cada uno sigue las peripecias del otro por la tele hasta que un día contactan a través de la pantalla. Esto parece un poco raro así explicado, pero Winans nos introduce de manera perfecta en la historia poco a poco. No quiero explicar nada más sobre la trama, es mejor ir descubriendo todo a medida que avanza y como los personajes empiezan a interactuar entre ellos y descubriendo en la situación en la que se encuentran. La historia del ladrón es la de más peso emocional e interés, y es en la que se centrará más la película. Toda esta extraña situación necesita una explicación final que nos deje más o menos satisfechos, y Winans opta por rematar con una recta final muy metafórica y artística que bien podría haber firmado un David Lynch en sus momentos más abstractos e iluminados. El director y guionista del film reflexiona sobre la realidad, las historias y sus protagonistas, sobre escapar de lo establecido, huir del destino. No es un final al uso y estoy seguro que descolocará a más de uno, pero personalmente me ha encantado asistir a un desenlace tan rico visualmente como exquisito en su planteamiento. Winans confirma que es un cineasta al que hay que seguir los pasos, que es capaz de hacer con cuatro duros autenticas maravillas como Ink y esta The Frame, películas distintas de fantasía que huyen de lo establecido y que suponen una experiencia tanto argumental como visual, tan original y extraña.
The Frame es el segundo film de Jamin Winans después de la estupenda Ink, sencilla película que nunca me cansaré de recomendar, donde deja claro su gusto por los mundos imaginarios y las realidades compartidas que se complementan, además de su clara tendencia por lo visual y lo artesanal, ahora con un presupuesto algo más holgado que en su anterior film, lo cual se nota mucho en la puesta en escena.
ResponderEliminarWinans nos sumerge en la cotidiana vida de dos personas, un ladrón de poca monta y una auxiliar de ambulancia. Ambos viven su vida de manera normal pero son sin saberlo protagonistas de su propia serie televisiva. Cada uno sigue las peripecias del otro por la tele hasta que un día contactan a través de la pantalla. Esto parece un poco raro así explicado, pero Winans nos introduce de manera perfecta en la historia poco a poco.
No quiero explicar nada más sobre la trama, es mejor ir descubriendo todo a medida que avanza y como los personajes empiezan a interactuar entre ellos y descubriendo en la situación en la que se encuentran. La historia del ladrón es la de más peso emocional e interés, y es en la que se centrará más la película.
Toda esta extraña situación necesita una explicación final que nos deje más o menos satisfechos, y Winans opta por rematar con una recta final muy metafórica y artística que bien podría haber firmado un David Lynch en sus momentos más abstractos e iluminados. El director y guionista del film reflexiona sobre la realidad, las historias y sus protagonistas, sobre escapar de lo establecido, huir del destino. No es un final al uso y estoy seguro que descolocará a más de uno, pero personalmente me ha encantado asistir a un desenlace tan rico visualmente como exquisito en su planteamiento.
Winans confirma que es un cineasta al que hay que seguir los pasos, que es capaz de hacer con cuatro duros autenticas maravillas como Ink y esta The Frame, películas distintas de fantasía que huyen de lo establecido y que suponen una experiencia tanto argumental como visual, tan original y extraña.